Contextualización (Plan de Formación Ciudadana en EP, División de políticas educativas, Subsecretaría de educación parvularia)
Múltiples son las discusiones en torno al concepto de ciudadanía (Mineduc, 2016b; Mineduc, 2017; Novella et al, 2014; Sinigaglia, Borri, y Jaimes, 2006) existiendo puntos de vista diversos y que transitan desde miradas normativas hasta algunas que refieren al sentido, los vínculos y la vida comunitaria
La ciudadanía que se espera desarrollar es que cada niño y niña, se sienta parte de una comunidad, reconociendo y valorando la existencia del otro, buscando el bien común y tomando decisiones, en la medida que su autonomía progresiva se lo permita.
Hablar de ciudadanía, inevitablemente interpela respecto a la concepción de niño y niña que define la Educación Parvularia ¿cuál es la visión de niños y niñas? ¿qué rol se les asigna en la construcción de sociedad? ¿cuáles son las representaciones que se tienen de los niños y niñas de primera infancia y de sus posibilidades/potencialidades para ejercer su ciudadanía y participar?
Frente a estas interrogantes, cabe entonces reflexionar sobre la manera en que los párvulos expresan su ciudadanía, cómo desarrollar sus capacidades y de qué manera los equipos pedagógicos, potencian y facilitan el desarrollo pleno de dichas expresiones para promover su reconocimiento y valoración.
La experiencia en las instituciones educativas configura una de las primeras vivencias de comunidad, en el entendido que salas cuna, jardines infantiles y escuelas se conforman como una comunidad educativa de la que niños y niñas son parte central. Desde este espacio de relaciones los párvulos exploran su relación con el mundo que los rodea, con su barrio y su ciudad, construyendo su identidad, como seres con opinión (Contreras, 2011).
Es a partir de esta primera experiencia con otros donde se esbozan los primeros atisbos de ciudadanía global o mundial (UNESCO, Enero-Marzo 2010).
La finalidad última de la Educación Parvularia releva el rol de sujeto activo del párvulo para “favorecer una educación de calidad, oportuna y pertinente que propicie aprendizajes relevantes y significativos en función del bienestar, el desarrollo pleno y la trascendencia de la niña y el niño como personas” (MINEDUC, 2017, p 25). Al relevar el bienestar, el desarrollo pleno y la trascendencia de los párvulos en un contexto que propicie el aprendizaje significativo se da cuenta de la valoración de su propia experiencia, reconociéndolo como otro/a que, implicado en la experiencia educativa, puede trasformar su realidad cotidiana. La ciudadanía que se ejerce durante las edades tempranas requiere de un contexto que permita observar y codificar sus expresiones. Como plantea Ramos, citando a Malaguzzi “los niños tienen cien lenguajes, pluralidad de códigos lingüísticos, no se quedan en lo que ven, sino que ven más allá” (s/f, pág. 2).
El aprendizaje de conocimiento, habilidades y actitudes ciudadanas dialogan y se relacionan con la cotidianidad de la acción pedagógica, la que posicionando a los párvulos como protagonistas de su aprendizaje considera de manera permanente los siguientes aspectos:
Las distintas instancias que permiten promover el aprendizaje de la ciudadanía se nutren de variados mecanismos y experiencias cotidianas que, siendo adecuadamente abordadas, acogidas, observadas y valoradas por los equipos técnicos pedagógicos, facilitan el desarrollo de las actitudes necesarias para su expresión. Es así como durante la trayectoria vital y como parte central del aprendizaje de los párvulos, se destacan aspectos que resultan fundamentales en los procesos identitarios y que, en la relación con otros, los conectan con la posibilidad de desarrollar habilidades que viabilicen el despliegue de la ciudadanía a lo largo de su vida, entre ellos se destacan:
Es, precisamente en la cotidianidad de los espacios y en las interacciones que se despliegan junto a otros, que niños y niñas activan estas capacidades. Así, es necesario proponer estrategias y generar diversos escenarios donde los párvulos pueden sugerir actividades o juegos, seleccionar materiales y decidir sobre la manera en que los espacios educativos se pueden organizar. La ciudadanía es algo que se vive en la cotidianidad, no hay que esperar a un estado de adultez para expresarla y vivenciarla.
Los objetivos que el PFC considere deben relacionarse con los definidos por la ley N° 20.911, a saber:
1. Promover la comprensión y análisis del concepto de ciudadanía y los derechos y deberes asociados a ella, entendidos éstos en el marco de una república democrática, con el propósito de formar una ciudadanía activa en el ejercicio y cumplimiento de estos derechos y deberes.
2. Fomentar en los estudiantes el ejercicio de una ciudadanía crítica, responsable, respetuosa, abierta y creativa.
3. Promover el conocimiento, comprensión y análisis del Estado de Derecho y de la institucionalidad local, regional y nacional, y la formación de virtudes cívicas en los estudiantes.
4. Promover el conocimiento, comprensión y compromiso de los estudiantes con los derechos humanos reconocidos en la Constitución Política de la República y en los tratados internacionales suscritos y ratificados por Chile, con especial énfasis en los derechos del niño.
5. Fomentar en los estudiantes la valoración de la diversidad social y cultural del país.
6. Fomentar la participación de los estudiantes en temas de interés público.
7. Garantizar el desarrollo de una cultura democrática y ética en la escuela.
8. Fomentar una cultura de la transparencia y la probidad.
9. Fomentar en los estudiantes la tolerancia y el pluralismo.